lunes, 30 de mayo de 2016

Ensayo Otro cielo

Mario Benedetti
Escritor uruguayo destacado poeta, novelista, dramaturgo, cuentista y crítico, y, junto con Juan Carlos Onetti, la figura más relevante de la literatura uruguaya de la segunda mitad del siglo XX y uno de los grandes nombres del Boom de la literatura hispanoamericana. Fue cultivador de todos los géneros, su obra es tan prolífica como popular; novelas suyas como La tregua (1960) o Gracias por el fuego (1965) fueron adaptadas para la gran pantalla. 

Otro cielo
No existe esponja para lavar el cielo
pero aunque pudieras enjabonarlo
y luego echarle baldes y baldes de mar
y colgarlo al sol para que se seque
siempre faltaría el pájaro en silencio

no existen métodos para tocar el cielo
pero aunque te estiraras como una palma
y lograras rozarlo en tus delirios
y supieras al fin como es al tacto
siempre te faltaría la nube de algodón

no existe un puente para cruzar el cielo
pero aunque consiguieras llegar a la otra orilla
a fuerza de memoria y pronósticos
y comprobaras que no es tan difícil
siempre te faltaría el pino del crepúsculo

eso es porque se trata de un cielo que no es tuyo
aunque sea impetuoso y desgarrado
en cambio cuando llegue al que te pertenece
no lo querrás lavar ni tocar ni cruzar
pero estarán el pájaro y la nube y el pino.


    Trata sobre lo magnifico que es el cielo, pero al verlo te da cuenta de que no es un solo elemento el que hace que toda su belleza resalte, sino que es una mezcla de varios lo que hace que el cielo sea lo que es.

El cielo no puede  ser tocarlo pero si observar y  puedes sentir toda su belleza, toda su energía y grandiosidad. En el poema los elementos esenciales que componen un cielo maravilloso son, , las nubes que va pasando poco a poco y nos hacen sentir el movimiento, que no es algo estático lo que vemos.

Pero también las aves que surcan el cielo son importantes, porque no solamente vemos un cielo hermoso por el que pasan unas nubes bellas. Sino que la propia vida, algo que tiene la capacidad de volar, lo surca y nos sobrecoge el hecho de que en el cielo también puede haber vida, como una metáfora sobre la divinidad.


La unión de todos esos elementos, las aves, las nubes y el cielo que, además de la naturaleza, va cambiando de color a medida que va pasando el día, hacen que podamos ver en toda su esplendorosa  belleza y hacernos sentir sobrecogidos por toda la belleza que podemos ver, por todo aquello que el ser humano es incapaz de dominar pero si admirar y hacerle sentir pequeño.

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