sábado, 28 de mayo de 2016

Al pie desde su niño



El pie del niño aún no sabe que es pie,
y quiere ser mariposa o manzana.

Pero luego los vidrios y las piedras,
las calles, las escaleras,
y los caminos de la tierra dura
van enseñando al pie que no puede volar,
que no puede ser fruto redondo en una rama.
El pie del niño entonces
fue derrotado, cayó
en la batalla,
fue prisionero,
condenado a vivir en un zapato.

Poco a poco sin luz
fue conociendo el mundo a su manera,
sin conocer el otro pie, encerrado,
explorando la vida como un ciego.

Aquellas suaves uñas
de cuarzo, de racimo,
se endurecieron, se mudaron
en opaca substancia, en cuerno duro,
y los pequeños pétalos del niño
se aplastaron, se desequilibraron,
tomaron formas de reptil sin ojos,
cabezas triangulares de gusano.
Y luego encallecieron,
se cubrieron
con mínimos volcanes de la muerte,
inaceptables endurecimientos.

Pero este ciego anduvo
sin tregua, sin parar
hora tras hora,
el pie y el otro pie,
ahora de hombre
o de mujer,
arriba,
abajo,
por los campos, las minas,
los almacenes y los ministerios,
atrás,
afuera, adentro,
adelante,
este pie trabajó con su zapato,
apenas tuvo tiempo
de estar desnudo en el amor o el sueño,
caminó, caminaron
hasta que el hombre entero se detuvo.

Y entonces a la tierra
bajó y no supo nada,
porque allí todo y todo estaba oscuro,
no supo que había dejado de ser pie,
si lo enterraban para que volara
o para que pudiera
ser manzana.

Pablo Neruda 

A pesar de que este no es el poema que utilizaré para mi ensayo quise compartirlo con ustedes porque en él Neruda nos explica como la vida puede pasar por encima de un ser humano y, encerrandolo en lo monótono y en la rutina, lograr arrancarle el deseo y la oportunidad de vivir; de sonreír, de abrazar, de dar un salto de fe y arriesgarse, de enamorarse y amar, de superar fobias y de ver; de ver un mundo maravilloso... Compara metafóricamente al zapato con un hombre que sin darse cuenta se dejo robar... perdió el vuelo, la oportunidad de vivir...

Como reflexión simplemente puedo decir que espero que Dios nos de a cada uno de nosotros una visión tremenda, para que cuando nos estemos quedando ciegos y perdamos el tiempo seamos capaces de retomar el camino y observar los miles de colores que tienen el universo.    

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